Rosalía de Castro (1837 - 1885) se halla en la línea posromántica, mujer dotada de una extraordinaria sensibilidad triste y melancólica, de hondas raíces gallegas. Su producción poética se halla integrada por tres extensos libros de versos, en los que, como reflejo de su dolorosa existencia, se plasma, cada vez con mayor vigor y autenticidad, la personalidad angustiada y pesimista de la autora.

Mientras el primero —Cantares gallegos (1863)— es un canto emocionado a la vida campesina de su terruño natal, el segundo —Follas novas (1880) — deja paso ya a la expresión de lo íntimo, que culminará en el tercero —En las orillas del Sar (1884)— con su desesperada amargura ante la incertidumbre de la realidad y la fugacidad de la vida.

Escritas en lengua gallega las dos primeras y en castellano la última, estas tres obras, además de presentar magníficas pinturas del paisaje gallego, introducen toda una serie de nuevos ritmos, más flexibles y armoniosos que los comúnmente empleados por los otros poetas de su tiempo, y contienen una poderosa carga de dramatismo y expresividad que eleva a su autora a las más altas cimas de la lírica española del siglo XIX.

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